En realidad, poco sabemos del visitante espacial. Por su brillo, los científicos estiman que tiene un diámetro de unos 50 metros y una masa de 130.000 toneladas de composición desconocida. Viaja a una velocidad de 7,8 km por segundo y es de tipo Apollo, lo que quiere decir que tiene la inquietante costumbre de cruzar periódicamente nuestra órbita. Curiosamente, solo tarda un día más que la Tierra en dar la vuelta al Sol (366,2 días). Los astrónomos lo seguirán con muchísima atención para desvelar con exactitud su verdadera naturaleza (su masa, tamaño y período de rotación), especialmente por si puede suponer un peligro en un futuro lejano, ya que la gravedad de la Tierra modificará su trayectoria
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